Ha llegado el año 2021; el año donde los jóvenes hondureños serán más solidarios, más unidos y más fuertes juntos. No es fantasía, es la realidad que hemos creado poco a poco y que fue evidenciada en el transcurso del año pasado. Es cierto que el año 2020 estuvo lleno de cambios pero consigo trajo una ola de bondad, amor y liderazgo. Honduras ha sido testigo de todos aquellos jóvenes que han dado todo lo posible para salir adelante en momentos de crisis, especialmente durante la pandemia y los huracanes Eta e Iota.
Es por eso que hoy queremos destacar a uno de esos jóvenes; una persona caracterizada por su gran liderazgo y su notable sentido de servicio. Nuestra tercera heroína en nuestro segmento “Héroes de Eta/Iota” es Valentina Dubón.
Valentina es una joven extrovertida de 22 años que logró contagiarnos con su carisma de comienzo a fin de la entrevista. Ella estudió Derecho pero su más grande pasión es poder servir a los demás. Desde muy temprana edad Dubón asistió como voluntaria en diversas organizaciones. Sin embargo, no fue hasta que cumplió 18 años que empezó a sumergirse totalmente en el mundo del voluntariado.
Su primer experiencia de liderazgo fue fundando el movimiento “Juventud Universitaria Provida” en el año 2016. Recordando ese primer proyecto, Dubón nos expresa: “Siento que fracasé un montón y triunfé bastante. Triunfé en el sentido que logramos concientizar a un montón de gente pero siento que fracasamos en que no pudimos darle seguimiento y no mantuvimos contacto con los voluntarios”. No obstante, ese primer proyecto fue el comienzo de lo que se convertiría hoy.
Hoy por hoy Valentina es la vicepresidenta del club Rotaract– una posición que conlleva mucha responsabilidad. Ella apoya en el manejo en tanto a las redes como las artes de la organización, entre otros proyectos que nunca hubiese pensado que iría a dirigir y desarrollar. Rotaract se encarga de dos comunidades: Los Pinos y Coabajo. Actualmente están desarrollando un proyecto para que Los Pinos sea autosostenible y pueda generar sus propios ingresos. Otro proyecto próximo a lanzar es sobre la reducción de plásticos, cuyo nombre será Plasticero.
Encima de eso, Rotaract hizo alianza con Operación Frijol y otras organizaciones para crear Operación Eta y así trabajar en conjunto en tiempos de crisis. Justo después del huracán Eta, muchas organizaciones empezaron a recolectar donaciones individualmente. En este punto, Valentina nos comenta que al ver el llamado de Operación Frijol hacia todas las organizaciones para trabajar en conjunto, Rotaract Villa Real analizó las ventajas de poder trabajar en esta iniciativa y finalmente se decidió que si y designaría a Valentina como representante del club. Ella nos explica: “{En Rotaract} sabemos que es esencial hacer alianzas para generar un cambio. Sin las otras organizaciones capaz no hubiésemos mandado los dos primeros ETA Móviles”.
Dubón, con su pasión, amor y compromiso al grupo demuestra ser una gran líder. Sin embargo, ella nos confiesa que para llegar a ser un líder uno debe poder reconocer que uno no lo sabe hacer todo. “Personas como yo, de personalidad fuerte, nos cuesta saber cuando hacemos algo malo. Pero he trabajado tanto en mi que ahora me gusta saber cuando hice algo malo para poder enmendarlo”, nos comenta. Dubón agrega que uno tiene que conocerse a sí mismo; tiene que conocer tanto las debilidades como fortalezas para saber en que se puede mejorar y cómo se puede trabajar en uno mismo de la mejor manera. No obstante, para llegar a eso se necesita un equipo sólido, en el cual podes confiar y con quien podes trabajar y comunicarte de forma efectiva y honesta. “Si no confias en tu team, tenes que hacer un cambio en él o mirar qué está pasando, porque necesitás confiar en estas personas”, recalca Valentina.
Para Valentina, un reto trabajando con tantas otras organizaciones en Operación Eta fue la organización y estructuración. “Fueron sentimientos encontrados porque ya tenes a tu equipo y sabes como trabajan, pero otras organizaciones trabajan diferente y eso se nota mucho”, dice Dubón. También afirma que fue muy difícil al comienzo porque uno como líder tenía que generar confianza en 29 organizaciones, de las cuales había mínimo 10 personas por organización. Sin embargo, Dubón ve esto como algo positivo y piensa que le da “un sentido de pertenencia e identidad bien cool”. A pesar de todas las diferencias, todos fueron aprendiendo de los errores y aprendieron a trabajar juntos. Adoptaron nuevas formas de organización y planificación para las reuniones y los eventos. Por ejemplo, adoptaron el uso de Emojis para confirmar reuniones, y eso, por más pequeño que fuera, garantizaba que la gente leyera los mensajes y participara activamente.
Fue un proceso que tomó tiempo, pero llevó a la unión de tantos jóvenes dedicados a su país. Dubón habla honestamente sobre esta experiencia, y admite que no todo fue fácil. Con un grupo tan grande, es importante desarrollar una buena dinámica. Lo que se vuelve difícil, describe Dubón, es el hecho de que cada persona en el grupo es un líder. Con muchos jóvenes acostumbrados a ser líderes en sus organizaciones, el unir a tantos equipos significa que es importante crear un espacio donde todos puedan cooperar y liderar en su propia manera.
Valentina comparte un poco de lo que ha aprendido en este tiempo, reflexionando ambos en el ámbito personal y en el de su equipo. Recordando lo mencionado anteriormente, ella describe la importancia de escuchar y reconocer sus propios errores. También discute la importancia de la manera en la que un equipo trabaja y se desarrolla. Primeramente, Dubón es clara con algo: al trabajar en equipo uno debe de trabajar para que el equipo brille antes que uno mismo brille. Cuando uno busca derallar un equipo de líderes y no de seguidores, dice Dubón, ahí es donde se ve desarrollo personal. “Este equipo se vuelve tu familia”, dice Dubón, delineando lo vital que es la comunicación y la comunicación dentro de un equipo.
Valentina representa un grupo muy importante en Honduras: la juventud apasionada por el cambio y esperanzada por un futuro mejor. “No importa donde, pero te tenés que involucrar”, dice Dubón. Es vital encontrar el área donde uno se desarrolle mejor, porque cada joven puede tener un impacto desde su propia trinchera. Nos deja con un recordatorio final: “el país necesita de vos”.
Liz es la subdirectora editorial de El Milenio. Actualmente realiza sus estudios de periodismo y ciencias políticas en la TU Dortmund, Alemania. Consciente del estado actual de la libertad de prensa en Honduras, ella aspira a ser una voz para la sociedad hondureña y luchar ante la corrupción, opresión e impunidad. Asimismo, anhela hacer una diferencia en los sectores de comunicación y educación pública del país.