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Al ser enfrentados con la amenaza de los huracanes que sacudieron Centroamérica y un pueblo al borde de una crisis humanitaria, muchos jóvenes se levantaron ante la adversidad y dedicaron su tiempo a la acción solidaria y compasiva.

Antonella Wing, una joven de 20 años quien estudia sociología y comunicaciones visuales en la Universidad de Notre Dame, ha resaltado entre los jóvenes que se han levantado ante esta amenaza y se han dedicado a apoyar al pueblo hondureño en tiempos de crisis. Hoy destacamos la historia de una joven determinada a ayudar a sus hermanos hondureños, a pesar de los 4,893 kilómetros que la separan de su hogar.

Antonella nunca ha sido el tipo de persona que deja las cosas a medias. Cuando se involucró con Operación Frijol en marzo, la impotencia que sentía ante la pandemia la impulsó a ser activa en el grupo y siempre buscar nuevas ideas para poder ayudar. Aunque comenzó como voluntaria, su deseo de querer ayudar surgió, y por ende comenzó a ayudar con las redes sociales y el área de mercadeo de Operación Frijol. 

Operación Frijol es una organización sin fines de lucro que nació como respuesta a la gran necesidad de apoyo para el pueblo hondureño, especialmente tras los efectos del COVID-19. A través de colaboraciones, campañas en redes sociales y trabajo duro, la organización logró recaudar más de un millón de lempiras. El dinero sería usado para comprar insumos de canastas básicas, que después serían distribuidos a comunidades en alta necesidad. 

Aunque la organización inicialmente fue diseñada para responder a la crisis de la pandemia, ha evolucionado a algo mucho más grande. Operación Frijol se ha movido para responder a diferentes áreas de necesidad, colaborando con diferentes organizaciones y expertos para llevar esto a cabo.  

“Nosotros entendemos que no somos expertos en todo”, dice Wing. Por esto, buscan colaboraciones que les permitan abordar diferentes problemas.

La mayoría del equipo nunca había pasado por un desastre natural de esta magnitud, siendo Mitch el último huracán que Honduras vivió. Decidieron contactar a la Cruz Roja y otras organizaciones para entender cómo el huracán afectará el territorio hondureño, y cómo exactamente ellos podrían ser de servicio. Con la gran cantidad de organizaciones que surgieron en los últimos meses, no había una forma de comunicarse y organizar la ayuda. Tanto apoyo surgió de la tragedia, pero sin forma de gestionarlo, no se podía cuantificar o identificar áreas de máxima necesidad. Dice Wing, “Por ayudar dos veces a uno, no ayudar a otro”. Entonces, de Operación Frijol nació Operación Eta. 

Se hizo un llamado a todas las organizaciones que buscaban contribuir, esperando encontrar una forma de gestionar el apoyo y asegurarse que todos los que necesiten apoyo lo reciban. Operación Eta trajo unión a más de 30 organizaciones, las cuales han trabajado juntas para abordar esta crisis.

Operación Eta también ha resaltado por los fondos recaudados mediante la plataforma de GoFundMe, la cual ha recibido atención y apoyo internacional. Aunque el objetivo inicial era diez mil dólares, al día de hoy han recaudado casi un tercio de millón de dólares. Esto nunca hubiera sido posible si no fuera por la cantidad de personas que difundieron la campaña. Detrás de todo esto estaba un equipo fuerte, liderado en gran parte por Antonella Wing. 

En tan solo una noche alcanzaron su meta inicial de diez mil dólares, por lo cual siguieron aumentando la meta, de manera que incentiva a las personas a donar. Por su parte, Wing consideró la ventaja de contactar no solamente a hondureños dentro del país pero también a aquellos en el exterior, por lo cual hizo una lista de personas que conocía en diferentes universidades en Estados Unidos y Europa. Estas personas terminaron tanto donando como compartiendo el sitio web, lo cual logró que llegara al alcance de muchas personas en el extranjero. “Se contagió,” dice Wing, resaltando la importancia de los contactos y el poder de las redes sociales.

Eventualmente, la palabra de boca se hizo tan grande que el llamado a la acción de Operación Eta – y del país en general – llamó la atención de influencers como Danielle Bernstein (@weworewhat, con un alcance de 2.5 millones de seguidores), quien también compartió el sitio web en sus redes.

Algo que Wing enfatiza es la importancia de permanecer transparentes al liderar una organización de este porte, donde el dinero de la gente está en juego y cada centavo debe ser asignado apropiadamente. “La gente quiere ayudar, pero a veces les da miedo”, dice Wing, “porque hay un poco de desconfianza en cuanto a cómo se utiliza su dinero”. Por esto, Operación Eta pone importancia en compartir dónde está yendo el dinero y el tipo de donaciones que se hacen con él. “Ser honesto motiva a personas que están fuera del país a donar,” dice Wing. Gracias a la generosidad de miles de personas, Operación Eta ha mandado 5 camiones llenos de 20 mil libras de donaciones a la zona norte del país, y ayudado a más de 2 mil personas de manera directa e indirecta.

A pesar de que su rol regular en Operación Frijol se relaciona al mercadeo, Wing se involucró tanto con Operación Eta que hasta sus profesores de la universidad la excusaron para darle más tiempo que dedicarle al proyecto. Wing dice que uno de sus obstáculos más grandes ha sido ser firme, ya que aparte de ser muy maternal también es la única mujer en el equipo general de la organización. Menciona la importancia de encontrar tu voz y de no tener pena al estar en una posición de liderazgo. “En Honduras, a mucha gente le da pena hablarle a personas que no conocen”, dice Wing, pero en este proyecto ella no conoció la pena. Le habló a todo tipo de personas tanto dentro y fuera del país en busca de ayuda y colaboración, y por esa extroversión terminó conociendo a cientas de personas que “tienen tanto que dar”. “He conocido a mucha gente que me ha vuelto muy orgullosa de ser hondureña”, dice Wing.

Al ver los videos de las entregas de donaciones, Wing sintió un gran orgullo por haber contribuido a la alimentación de tantas familias. En ese momento supo que hizo todo lo posible para ayudar desde una posición lejana, y el sacrificio valió la pena totalmente. Wing dice que es impresionante cómo la gente está dispuesta a ayudar, sin pensarlo dos veces, durante estos tiempos de crisis. “Nuestro pueblo es muy solidario”.

Wing incentiva a aquellos que no fueron afectados por esta crisis, o por cualquier crisis en general, a que “no solamente agradezcan por estar en una situación privilegiada, pero también piensen en cómo pueden ayudar desde esa posición privilegiada”. Lo que te define como persona es lo que haces para ayudar cuando no estás siendo afectado personalmente.

También incentiva  a los jóvenes a que tomen iniciativa sin importar su edad. “No dejes que ser joven te limite”, dice Wing. “Siempre hay algo que podes hacer para contribuir al avance del país, y hay personas dispuestas a ayudarte y aconsejarte”. Wing piensa que la opinión de los jóvenes tiene mucho valor, y que deben estar más dispuestos a expresar sus ideas a pesar de las limitaciones de su edad o su situación económica. Lo más importante es estar seguro de sí mismo, hablar con claridad, y no tener miedo de buscar ayuda cuando es necesario. “Tu opinión es válida, y ocupar un poco de ayuda no tiene nada de malo”. dice Wing.

A pesar de no poder ayudar de manera directa, se puede decir fácilmente que Wing hizo lo máximo que alguien en el exterior podría hacer para ayudar a su país en un tiempo de crisis extrema. Esto demuestra que la geografía ya no es una limitación; que en nuestro mundo digital las fronteras ya no nos detienen. Solo porque no estás en Honduras, no significa que no podes dedicarte enteramente a tu país… solo es de tomar el primer paso. Y aunque los pasos se den en tierras extranjeras, las huellas marcarán el territorio de nuestra tierra, libre, soberana, e independiente.

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Adriana Salem
Adriana Salem
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