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Coautores: Fernando Pérez Torrico, Mylka Sifontes Girón, Myrna del Mar González, Rafael Segura

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El mundo está viviendo momentos inciertos, los gobiernos actúan a base de prueba y error, como lo señala la CEPAL. La crisis sanitaria acaba en crisis políticas, desenmascara las profundas crisis sociales que se viven en Latinoamérica, desatendiendo a los más pobres y menos privilegiados.   Muchas empresas no se vieron afectadas en ningún momento, ya que su capacidad o condición les permitió trabajar desde sus hogares o a nivel “remoto” o a “distancia” cumpliendo con sus obligaciones.  Esto debido a que estaban acostumbrados a realizar muchas de sus labores a nivel remoto. En este sentido esta población en particular no se vio afectada en cuanto a sus derechos laborales, por lo tanto fueron respetados. La OIT lanzó un anuncio alarmante en las últimas semanas, indica, que 2700 millones de trabajadores se van a ver afectados directamente por la pandemia del coronavirus. La pandemia según la CEPAL afectará el número de empleos (aumento del desempleo y el subempleo), la calidad del trabajo (reducción de salarios y menor acceso a la protección social) y a los grupos más vulnerables, como los trabajadores en el sector informal.

Nos encontramos en la actualidad ante una crisis sanitara en la que se considera no justificable la omisión de los derechos laborales de la clase trabajadora ante el COVID-19 así sean solo “algunos”, ya que se debe tener como objetivo primordial sustentar la calidad de vida del sector laboral ante la crisis de la pandemia, como derechos humanos adquiridos, que repercute en la salud ocupacional de los trabajadores. La calidad de vida en el trabajo es un constructo multidimensional y complejo que hace referencia principalmente a la satisfacción de una amplia gama de necesidades de los individuos (estabilidad laboral, equilibrio empleo-familia, motivación, seguridad).

En otros casos, las empresas privadas justificaron la omisión de algunos derechos laborales, entre estos se menciona el pasar por alto el consultarle a sus trabajadores si preferían que el tiempo que se estuviera en cuarentena se le descontara de sus licencias de vacaciones regulares o de enfermedad.  Simplemente estos patronos, quizás pensando que era la mejor opción, dieron por hecho el que a sus empleados les convenía seguir cobrando aunque fuera cargado contra sus vacaciones regulares.  En esta situación muchos empleados no contaban con balances de este tipo de licencia y ahora quedan deudores de estos días ante sus patronos.  En este caso omitieron este derecho laboral de permitirles seleccionar el tipo de licencia por el cual querían cobrar su periodo de cuarentena. En otros casos, la tasa de desempleo se ha visto elevada, como en Guatemala y Honduras.

Los derechos laborales son irrenunciables, por ello en lugar de omitir algunos derechos laborales, instamos a los gobiernos a crear incentivos para el sector privado. Hoy más que nunca ambos sectores deben unir fuerzas y buscar soluciones para salir adelante.  Se presentan dos propuestas que buscan conservar los derechos laborales de los trabajadores, estimulando la empresa privada a través de estrategias que debe implementar el gobierno. 

La primera es denominada la “estrategia COVIDIANA”, que surge como una de las alternativas basada en cuatro puntos:

  1. Reforma tributaria: basada principalmente en la reducción de impuestos y eliminación de multas e intereses. 
  2. Programas de desarrollo: fomento económico para la producción nacional y créditos blandos para el sector privado. 
  3. Flexibilización laboral: Generar políticas en materia laboral para responder a la crisis y necesidades de diversos sectores. El pago de aportes a AFP’s, subsidios, seguro a la caja nacional de salud, de estos tres meses se puedan pagar en cuotas hasta fin de año. Aguinaldo pueda pagarse en cuotas, 50 % este año y 50% hasta marzo de 2021. 
  4. Normativa e incentivos para la digitalización de negocios: reducción de costos de internet y mejor rendimiento del mismo.

La segunda consiste en fortalecer las empresas a través de políticas  económicas de estimulación y mantenimiento del empleo:

Es importante que los gobiernos comiencen a aplicar una política fiscal activa; aplicando una política fiscal expansionista, es decir aumentar el gasto público y reducción de la recaudación fiscal. Estas medidas se basan en cuatro pilares:

  • Alivio: medidas fiscales activas para contribuir a que las empresas puedan continuar pagando salarios. 
  • Reducción del ISR: en esta única ocasión por la pandemia, aplicar un descuento en el pago de las empresas, buscando que este dinero sea utilizado para mantener los derechos laborales de los trabajadores.
  • Exoneración de pagos a cuenta por este año: al no estar operando, se vuelve insostenible que las empresas sigan abonando al pago final de una deuda.
  • Flexibilización de la política monetaria: búsqueda de una política menos convencional ejecutada a través de los Bancos Centrales de cada país.

Para que la humanidad regrese, a nivel mundial, a su rutina o normalidad, necesitamos ciudadanos que trabajen por el bien común: por la salud. Con salud se consigue la riqueza. Se han presentado políticas económicas que buscan que las economías de nuestros países sigan manteniéndose estables, las empresas puedan seguir operando y los trabajadores sigan conservando sus derechos laborales.

Por todo lo antes expuesto, concluimos por decisión  unánime que no es justificable la omisión de algunos derechos laborales para evitar un impacto mayor sobre la viabilidad del sector privado. Cada gobierno debe tener como prioridad proteger los derechos de sus trabajadores y ciudadanos que día a día son precisamente los que se esfuerzan por echar cada país hacia delante. 

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