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En el último trimestre del 2020 una noticia interesante se desprendió desde los tribunales de la república. El Poder Judicial de Honduras comunicó a través de sus plataformas digitales una decisión de la Sala de lo Penal sobre un juicio que capturó la atención de propios y extraños en el año 2015. El fallo del alto tribunal no pasó desapercibido por la sociedad hondureña puesto que el epígrafe “Caso de Kevin Solorzano” goza de interés y empatía en todo el territorio nacional. Sin embargo, no profundizaremos en el  asunto, ya que es terreno vedado para quien escribe este artículo. Además hablar sobre el juicio per se y sus pormenores sería material para un libro entero. Aquí nos encargaremos de explicar el significado del recurso interpuesto por los abogados Celeste Cerrato y Jair López, quienes han actuado como defensores en ese proceso. 

La herramienta jurídica que fue utilizada para rebatir la sentencia de culpabilidad sobre Kevin se llama Casación y está plasmada en el Código Procesal Penal estipulada como un recurso de segunda instancia, es decir solo se puede hacer uso de ella cuándo se ha agotado la primera instancia, que en este caso fue el juicio oral y público que se desarrolló en el Tribunal de Sentencia de Tegucigalpa. Este recurso es promovido cuando una de las partes (defensa o fiscalía) consideran que han sido afectadas por la resolución definitiva pronunciada por un Tribunal de Sentencia. Estamos hablando que es un instrumento que sirve para cambiar la sentencia emitida por los jueces. El abogado que presenta este recurso, lo hace por considerar que la decisión adoptada, infringió preceptos constitucionales, derechos fundamentales, la ley o doctrina, o fue tomada sin seguir las reglas del proceso penal. De la Casación solo puede conocer la Corte Suprema de Justicia. Y su resolución es entendida como la última oportunidad que tiene la persona imputada para poder cambiar su situación jurídica (en el caso Kevin busca conseguir su libertad) o desde el punto de vista del Ministerio Público es la última oportunidad para poder comprobar la culpabilidad de un individuo, incluso se considera el último tiempo para conseguir que se repita el juicio. 

La decisión de resolver una Casación recae sobre los tres magistrados que conforman la Sala Penal del alto tribunal. Para tomar determinación si existe o no infracción en la sentencia que ha sido sometida a Casación, los altos magistrados estudian el caso y posteriormente emiten su voto. Si todos votan con unanimidad, el fallo se emitirá en nombre de la Corte Suprema de Justicia, ya sea declarando ha lugar o no ha lugar la petición presentada. Si existe uno de los tres magistrados que no está conforme con lo resuelto por los otros compañeros, emitirá su voto particular y la casación pasará al pleno de la Corte Suprema de Justicia quien al final decidirá sobre el asunto. Esta figura jurídica puede cambiar sustancialmente la historia de un proceso penal, puede absolver a la persona que ha sido condenada o puede culpar al imputado que ha sido absuelto como también podría propiciar el aumento de una pena, la repetición o anulación de un juicio. 

En el caso mencionado al inicio de estas líneas, la Sala de lo Penal falló dos a uno aduciendo un quebrantamiento de ley, revocando la sentencia de culpabilidad y absolviendo al encausado, al haberse tomado la decisión por mayoría de votos, la Constitución de la República indica que será el pleno del alto tribunal quien dará el veredicto final sobre esta situación. 

Y como dicen en los pasillos judiciales “al final del día la Corte tiene la última palabra”.


Fuente: Código Procesal Penal, Constitución de la República, Redes Sociales del Poder Judicial de Honduras. https://tiempo.hn/kevin-solorzano-casi-absuelto-cronologia-juicio/


Nota: Las palabras contenidas en el presente artículo representan exclusivamente la opinión del autor. El Milenio es una organización no partidaria y sin afiliación ideológica.

Edwin Alvarenga
Edwin Alvarenga

Edwin Alberto Alvarenga Melgar ha encontrado en El Milenio una plataforma que permite a los jovenes expresar sus ideas. Actualmente tiene 27 años, practica la abogacía desempeñandose como juez de paz e imparte clases de derecho en UCENM. Es fiel creyente del poder transformador que tiene la academia. Edwin cuenta con un Diplomado en Derecho Constitucional de la Universidad Autónoma Nacional de Honduras, certificado de arbitro y conciliador del Colegio de Abogados de Honduras y actualmente esta cursando la maestría de Derecho Procesal Civil en UTH con la coordinación de la UNIVERSIDAD CARLOS III DE MADRID, UNIVERSIDAD JAIME I DE CASTELLÓN y UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE DE SEVILLA de España. Asi mismo la maestria de Derecho Penal y Procesal Penal en el Instituto de Estudio e Investigación Juridica. Es aspirante a ser divulgador y escritor de conocimientos sobre Derecho para crear opciones de lectura para jóvenes que quieren ser abogadas/os y como aporte a la población en general para combatir lo que él llama "analfabetismo jurídico", es decir empoderar a la gente de conocimientos básicos sobre leyes. Su pensamiento es "una persona que lee esta condenada a crecer".

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