Coautores: Emmanuel Hernández, Ingrid Coronado, Luisa París, Rafael Segura
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A lo largo de la historia, las enfermedades infecciosas se han asociado con otras enfermedades. Tras la propagación de Covid-19 desde Wuhan, China, los casos de discriminación racial hacia la población asiática han aumentado. Esto incluye actos individuales de micro agresión o violencia directa.
La discriminación racial se produce cuando alguien siente desdén en contra de otra persona o grupo de personas por el hecho de tener características distintas, tales como el color de piel, el idioma, las costumbres o el lugar de procedencia. Son múltiples las razones por las cuales se puede presentar la discriminación racial; la organización Ayuda en Acción, cuya labor radica en la lucha contra la desigualdad social, define que las causas principales son los prejuicios, el desconocimiento del grupo discriminado, la falta de información, el miedo o circunstancias socioeconómicas. En el caso de la discriminación racial encontrada durante la crisis actual del Covid-19, podemos notar que hay varias razones entrelazadas, las cuales son: el miedo, la falta de información, y circunstancias socioeconómicas agravantes, y estas dan lugar a actitudes racistas que vulneran los derechos humanos de la comunidad asiática.
Sin duda, la llegada del virus Covid-19 al umbral de nuestras puertas, se dio de forma inesperada y alarmante. Sin embargo, considero aún más inquietante, aquel punto que muchos omitimos o procuramos ignorar, un tabú que es una pena y una tragedia que en pleno siglo XXI, con tantos avances en todos los campos, siga perdurando en nuestra sociedad supuestamente contemporánea: la xenofobia y el racismo a causa de la ignorancia. Pablo Guimón, periodista de “El País”, en su publicación “Temor en la comunidad asiática en Estados Unidos ante los ataques racistas por el coronavirus” del 23 de marzo del presente año expone sobre cómo comentarios de egregios como el presidente Trump sobre el SARS-CoV-2, refiriéndose a este despectivamente como “virus chino”, ha llevado a padecer de agresiones físicas y verbales a dicha comunidad.
Según Van Dijik (2016), en análisis del discurso: es un tipo de investigación que se centra en el análisis discursivo y estudia, la forma en que se abusa del poder y de la desigualdad social que se representan, reproducen, legitiman y resisten en el texto y habla en contexto sociales y políticos. El presidente estadunidense Donald Trump al referiré al COVID-19 como el “virus chino”. Utilizando su poder y sabiendo que tiene injerencia en la opinión pública, decidió comenzar a llamar el virus de esa manera y haciendo hincapié que lo llama así porque viene de China y su tardía respuesta para contrarrestarlo. China, nunca ha sido el aliado favorito para Trump, y esta es la oportunidad perfecta para culparlo de manera directa. A través de su discurso, las reacciones racistas comenzaron a crecer en EE.UU., indica el diario español El País.
Los autores hemos decidido de manera unánime que los discursos y mediatizaciones en la región son motivaciones de estigmatización hacia los grupos de migrantes asiáticos, por las acciones que se han cometido en los últimos meses.
Los gobiernos deberían tomar medidas para combatir el estigma y la discriminación formando a los trabajadores de salud en el COVID-19, utilizando los medios de comunicación y las redes escolares para ampliar la conciencia pública sobre los derechos humanos, y reconociendo que el virus no conoce límites ni reconoce distinciones de raza, etnia, religión o nacionalidad.
Propuestas:
- Frenar las informaciones falsas, los gobiernos tienen que evitar la desinformación sobre el COVID-19
- Latinoamérica y el mundo acercarnos todos a la solidaridad colectiva y la cooperación entre países.
- Leyes contra el racismo y toda forma de discriminación.
- Activación de los comités de Derechos Humanos en cada país, para el seguimiento de este tipo de denuncias.
Las redes sociales juegan un rol fundamental en el aumento del racismo hacia los migrantes asiáticos. Principalmente en Facebook, se han visto una cantidad infinita de los famosos memes, haciendo burla y estigmatizando a los asiáticos, por ser le región donde se originó el COVID-19. En la red Twitter, se ha iniciado una campaña para contraatacar las burlas, denominada “I ́m not
a virus”, traducida como #YoNoSoyUnVirus, en apoyo a la comunidad asiática enfocada a llamar a la concientización de los ciudadanos occidentales.
La ONU a través del Consejo de Derechos Humanos expresó que la alarma era comprensible, pero el miedo no puede justificar los prejuicios contra la comunidad asiática.
Como ciudadanos respetuosos de los Derechos Humanos, debemos condenar todo acto de racismo y xenofobia. Es preciso mencionar las palabras del Director de Programas de Emergencia de la OMS “La pandemia de la influenza en 2009 se originó en América del Norte y no la llamamos influenza norteamericana”. La personas asiáticas que se sienten atacados con acto racistas, tengan en cuentan que el artículo 2 de no discriminación de la Declaración Universal de Derechos Humano los ampara.
“-El mundo es eso-reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fueguitos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni si entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.” El Mundo, del Libro de los Abrazos, de Eduardo Galeano.