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¿Cuál es la premisa central del argumento pro-Vida/pro-aborto? ¿Cuando comienza la vida?

Pro-Elección:

Partamos desde la aclaración de que nadie es, en su buen juicio, “pro aborto”. Se es pro-elección, pro-libertad, y en el sentido más genuino, verdaderamente pro vida. La aclaración es importante, ya que el lenguaje predetermina la apertura de muchas personas hacia la postura. La premisa central del argumento como tal radica en la limitación de los derechos individuales es: ¿hasta dónde es el cuerpo gestante libre, si otra criatura depende de él? ¿En qué momento el feto se convierte en un individuo con derechos, y cuándo estos se vuelven más importantes que los de la madre? La discusión profundiza en las limitantes de las leyes jurídicas y sociales para asumir posturas que protejan la vida de al menos 51% de la población en América Latina. Esta discusión no es “aborto sí o aborto no”, es aborto legal o aborto clandestino.

 ¿Cuándo comienza la vida? Los dos criterios más populares son: a) desde el momento de fecundación, y b) a partir de que el feto está lo suficientemente desarrollado como para sobrevivir fuera del vientre gestante, con o sin soporte médico externo. Los colectivos feministas, grupos de protección a los derechos de la mujer y los derechos humanos, toman en cuenta la edad gestacional, usualmente antes de las doce semanas. Según la neurobiología, a esta edad gestacional el feto aún no ha desarrollado la corteza cerebral y, por tanto, “dentro de ese lapso el embrión no es un individuo biológico caracterizado, ni una persona, tampoco un ser humano. El embrión no tiene las condiciones que particularizan al ser humano […] es incapaz de sufrir o de gozar. Biológicamente, no puede considerársele un ser humano.” (Carpizo, Jorge, “La interrupción del embarazo”)

Pro-Vida:

Preguntas tan sencillas como: “¿Cuándo comienza la vida?” se han vuelto sumamente difíciles de responder, han convertido la verdad en relativa y los hallazgos científicos en ideologías. La Ciencia es exacta, no va de acuerdo a creencias ni principios ideológicos y es la misma ciencia la que afirma que la vida comienza desde el momento de la concepción. El manual de Langman sobre Embriología describe  de manera sencilla el proceso de la fecundación: “Una vez que el espermatozoide ingresa en el gameto femenino, los pronúcleos masculino y femenino entran en contacto estrecho y replican su DNA” (o ADN). Esa unión genera una nueva célula llamada cigoto, por ende automáticamente se descarta el conocido “mi cuerpo mi decisión” ya que es otro cuerpo el que se forma dentro de la mujer.

Ese nuevo ser vivo, ya un embrión, se divide después en dos células, cada una de ellas con una finalidad biológica definida; más tarde en tres, luego en cuatro y así sucesivamente hasta formar un organismo completo y estructurado. (Navas, 2013) Todos fuimos un cigoto, un feto, un bebé, el estado de nuestra vida en el que estemos no determina nuestra dignidad y humanidad.

¿ Que valor tiene la vida y el derecho de escoger?

Pro-Elección:

Si la vida humana es lo más preciado, y si el bienestar del ser humano es el fin que las sociedades debemos buscar, cualquier coerción a los derechos es un paso en retroceso. Entonces, legislar en contra de un proyecto que pretende mejorar la calidad de vida de las mujeres, siendo que trata de un procedimiento médico que sólo ellas necesitan, sobre una condición física y psicológica que sólo ellas sufren, restringe de manera aberrante la ciudadanía de las mismas. La maternidad es un fenómeno brillante, y la habilidad de traer vida al mundo es un privilegio indiscutible. Sin embargo, si eliminamos el factor voluntario de esta razón, no es más que una vil violación, demostrando que es más valioso para la sociedad el “potencial” de vida que un individuo que respira, piensa, siente y vive. Asumiendo que el valor de la vida es entonces relativo, vale la pena hacernos la pregunta: si tuviese que salvar un embrión viable, listo para su desarrollo in vitro un niño de tres años, ¿a quién salvamos? ¿Es una decisión difícil o incuestionable?

Pro-Vida:

Hemos avanzado como sociedad en parte gracias a que hemos ido reconociendo derechos inherentes de cada ser humano, sobre todo su dignidad. A nivel nacional e internacional se reconoce el derecho a la vida como un derecho fundamental del cual se derivan todos los demás derechos; sin embargo, existen legislaciones en las cuales la mujer puede terminar con su embarazo, irrespetando el derecho a la vida de ese ser humano en el vientre materno.

Al año mueren 56 millones de personas abortadas (OMS 2014) una cantidad alarmante y en vez de querer disminuirla,  las naciones son presionadas a aprobar leyes abortivas disfrazadas de “derechos reproductivos de la mujer”. No termino de comprender como es debatido a nivel mundial si una persona debe o no vivir, la vida no se discute y es por violentar este derecho humano que se han creado tribunales para que sancionen criminales que han contribuido al exterminio de seres humanos. No obstante, este tipo particular de criminales, de guante blanco, parecen estar por encima de la ley.

Abortos clandestinos y legales:

Pro-Vida:

93.131 abortos voluntarios se realizaron en España en los centros que notificaron datos al Ministerio de Sanidad en 2016. Casi 800 mujeres españolas han abortado seis veces o más, lo que pone de manifiesto que el aborto se está viendo como un método anticonceptivo. Sin embargo en las marchas solo piden aborto por tres causales: malformación del feto, por violación y por riesgo de vida de la madre. En los tres casos importa la vida de la madre y la del feto por igual, solo por ser más pequeño no es menos digno de vivir y en el caso de violación es culpable es el violador, no el feto. Legalizar el aborto bajo estas causales denota el fallo del Estado para proteger a la mujer.  

De acuerdo a datos del 2016, en España, 58.158 mujeres realizaron su primer aborto; 23.049, el segundo; 7.718, el tercero; 2.514, el cuarto; 896, el quinto y 796 el sexto o más. A petición de la mujer fueron 83.507 -el 90%- fueron y solo 315 por anomalías fetales incompatibles con la vida. Por ende es absurdo creer que solo quieren aborto legal bajo las tres causales, lo que pretenden es que se legalice el asesinato de seres vulnerables y no exigirle al Estado una debida protección a la mujer.

Escuchamos día a día que mueren miles de mujeres a causa de abortos clandestinos, que tan veraces serán estas aseveraciones? En Argentina decían que mueren miles de mujeres al día por aborto clandestino, pero la verdadera cifra representa menos del 0.01 % del total de defunciones femeninas (en el 2016), sin diferenciar entre abortos provocados y espontáneos, datos respaldados por la OMS, no es ni la principal causa de muerte materna en Argentina.

En 2016, en Argentina murieron por deficiencias nutricionales 945 personas de las cuales 525 eran mujeres. “Mueren muchas más mujeres por desnutrición o por suicidio que a consecuencia de un aborto provocado, pero esas muertes no ocupan el mismo espacio, ni en los medios de comunicación, ni en los reclamos del movimiento feminista”. Mónica del Río

Una verdadera lucha por la mujer es luchar por las dos vidas: dignificando a la mujer por el hecho de que puede dar vida, en vez de poner la situación del embarazo como algo que las hace débiles. La lucha por las mujeres empieza desde que están en el vientre, lo lógico es luchar para que se respete su vida y que nazca en las óptimas condiciones, esto conlleva a mejorar por completo el sistema de salud, para que ninguna mujer muera por cáncer, desnutrición, dando a luz o por complicaciones en el embarazo, abortar no es la solución.

Pro-Elección:

Desde una perspectiva a favor de todas las vidas (las de las niñas, adolescentes y personas jóvenes con capacidad gestante), tenemos la responsabilidad de exigir pleno reconocimiento al Estado sobre sus derechos reproductivos y sexuales, y garantizar el acceso seguro, legal y gratuito a procedimientos para la interrupción del embarazo no deseado. La penalización parcial o total del aborto discrimina a las mujeres por su condición de género, en su cualidad gestante o como una simple incubadora, negando su derecho a tomar decisiones autónomas sobre sus cuerpos y sus vidas. Los abortos clandestinos existen porque los embarazos no deseados existen y las mujeres los necesitan. Según el informe publicado en el 2017 por el Instituto Guttmacher, organización en pro de los derechos reproductivos, América Latina ocupa el primer lugar como la región con la mayor tasa de aborto: 44 por cada mil mujeres. Considerando, claro, que los índices en esta región corresponden en su gran mayoría a abortos clandestinos, peligrosos, practicados en condiciones a menudo insalubres y bajo la amenaza de cárcel o muerte.

Tomando en consideración también que Honduras toma el primer lugar en violaciones sexuales en la región latinoamericana, es válido retomar la conversación sobre la educación sexual integral y el acceso a medios anticonceptivos seguros y gratuitos, así como el aborto legal en una instancia final. Los países desarrollados que implementan estos tres elementos como estrategia de control para atender lo que inherentemente es un problema de salud pública, han logrado disminuir la cantidad de embarazos no deseados, niños en las calles, pobreza relativa y, para la tranquilidad de aquellos que dicen proteger “las dos vidas”, el número de abortos realizados.

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Valentina forma parte del equipo de colaboradores de El Milenio. Con tan solo 20 años formó con un grupo de amigos Juventud Provida Universitaria, la cual representa. Su misión es respetar la vida desde su concepción hasta su muerte natural, reconociendo la dignidad de todo ser humano sin importar su estado. Además es socia del Club Rotaract Villa Real de Tegucigalpa, en el cual actúa como Presidenta del Comité Verde. Considera que la actitud de servicio es primordial y nunca debe faltar, sobre todo con aquellos que se encuentran en estado de vulnerabilidad. Su objetivo es hacer que se respete el derecho a la Vida.

Valentina Dubon
Valentina Dubon

Valentina forma parte del equipo de colaboradores de El Milenio. Con tan solo 20 años formó con un grupo de amigos Juventud Provida Universitaria, la cual representa. Su misión es respetar la vida desde su concepción hasta su muerte natural, reconociendo la dignidad de todo ser humano sin importar su estado. Además es socia del Club Rotaract Villa Real de Tegucigalpa, en el cual actúa como Presidenta del Comité Verde. Considera que la actitud de servicio es primordial y nunca debe faltar, sobre todo con aquellos que se encuentran en estado de vulnerabilidad. Su objetivo es hacer que se respete el derecho a la Vida.

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