Mientras hay quienes dicen “¡qué cara está la energía eléctrica!”, hay otros que permanecen en silencio. Esto no se debe al desinterés de si el precio es alto o bajo, si no al simple hecho que muchos no tienen energía eléctrica. El relato es en esencia, una triste realidad que desafortunadamente vivimos.
En ocasiones, ser de los primeros e incluso encabezar una lista, no necesariamente representa algo positivo. En este caso, Honduras, como en otros aspectos, lidera la lista de los países con los niveles más bajos de acceso a servicios de energía eléctrica en la región centroamericana. Aunque parezca insólito, en pleno siglo XXI todavía hay lugares en el mundo, como en Honduras, donde todavía no hay electricidad y encender un bombillo puede parecer un acto de magia. Para aquellos que sufren de una brecha social de acceso a energía eléctrica, desafortunadamente, su desarrollo humano se ve limitado. Los esfuerzos en electrificación a nivel mundial han tenido avances notables, como el incremento de un 7% en el periodo de 2010 al 2018 (IEA et al., 2020). Sin embargo, la brecha de electrificación todavía dejó a 789 millones de personas sin acceso a la misma (IEA et al., 2020). Es esencial para las economías tener accesibilidad a una energía eléctrica de calidad, ya que no solo nos brinda diversas oportunidades de crecimiento, sino que también nos facilita tener una vida digna y acorde a nuestros derechos.
Ciertamente, el desarrollo de la sociedad se ha visto impulsado por el acceso a la energía en sus diferentes manifestaciones. En particular, la energía eléctrica jugó un rol fundamental en la Segunda Revolución Industrial por sus ventajas y aplicaciones, siendo considerada hasta el día de hoy como una variable fundamental para el desarrollo humano de las comunidades. Para el 2020, Honduras se encontraba en el puesto 132 de 189, siendo el país con el Índice de Desarrollo Humano más bajo de la región centroamericana (PNUD, 2020). Más allá de los diferentes escenarios que contribuyen al cálculo del IDH, se ha visto una relación directamente proporcional entre el consumo de energía eléctrica y calidad de vida. Sin embargo, para consumir energía eléctrica, primero se debe tener acceso a ella. En ambos casos (acceso a energía eléctrica y calidad de vida), Honduras presenta graves deficiencias, por lo que la relación hasta el momento no deja de ser cierta.
La deuda del estado hondureño para sus ciudadanos está latente. La brecha social de acceso a energía eléctrica en Honduras afecta a aproximadamente 1.5 millones de personas, siendo las zonas rurales y remotas las más desfavorecidas con un 70% en comparación al 98% de las zonas urbanas (SEN, 2021). La situación agravante que deja a más de 300 mil viviendas sin acceso a electricidad es un llamado de emergencia para disponer a miles de hondureños de tan valioso recurso. Por otro lado, el escenario desigual se agudiza en centros educativos, en donde más de 6 mil centros de educación no están electrificados (SEN, 2020), dejando un porcentaje de electrificación del 64%. A pesar de cifras tan desalentadoras, se ha realizado un trabajo de manera multisectorial para reducir la brecha social en el acceso a la energía eléctrica a nivel nacional, como los programas involucrados en la electrificación rural y las acciones del Estado de Honduras. No obstante, se requiere más trabajo para poder llegar “hasta la última milla”.
El acceso a fuentes de energía renovables y asequibles se vuelve vital para posibilitar el desarrollo sostenible de una sociedad. La necesidad de extender una red de distribución puede ser evitada aprovechando un recurso gratuito y disponible en todo el país, como es la energía solar. El Estado de Honduras se ha fijado el objetivo de garantizar el suministro de energía como base para el desarrollo económico y social, donde para 2034 se contempla cerrar la brecha de electrificación rural. Todos aquellos que, desde los rincones del interior del país, sufren a diario la falta de energía, esperan ese día para poder decir “se hizo la luz1”.
Las limitaciones del país para invertir en el acceso total de electricidad, la capacidad de gestión y el estado financiero de instituciones destinadas para la mejora del subsector eléctrico, impiden que fondos de estas mismas se destinen a solventar esta carencia. Una alta inversión, que pareciera ser imposible de ejecutar por el Estado considerando las escandalosas cifras reveladas sobre las finanzas del Estado.
Honduras recién cuenta con una Política de Acceso Universal a la Electricidad para Honduras (PAUEH), que tiene como objetivo establecer un marco estratégico de gestión que garantice la cobertura y el acceso universal a la electricidad. Este instrumento de planificación por parte del Estado de Honduras busca darle solución de manera prioritaria a la problemática en todo el territorio nacional. Este es sin duda un paso adelante para dejar de encabezar una lista que impide a miles de hondureños de mejorar su calidad de vida.
En general, un reto grande pero necesario que deberá tomar el nuevo gobierno de Honduras.
1: Referencia bíblica. Génesis 1:3.
Referencias
IEA, IRENA, UNSD, World Bank, & WHO. (2020). The Energy Progress Report 2020. https://trackingsdg7.esmap.org/data/files/download-documents/tracking_sdg_7_2020-full_report_-_web_0.pdf
SEN. (2021). INFORME DE COBERTURA Y ACCESO A LA ELECTRICIDAD EN HONDURAS https://sen.hn/
PNUD (2020). INFORME SOBRE DESARROLLO HUMANO 2020 https://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr_2020_overview_spanish.pdf
Nota: Las palabras contenidas en el presente artículo representan exclusivamente la opinión del autor. El Milenio es una organización no partidaria y sin afiliación ideológica.