Ante la gran lucha contra la pandemia del COVID-19 que está viviendo el mundo, el 11 de marzo se confirmó el primer caso en Honduras. ¿Qué representa la llegada de esta pandemia a tierras catrachas?
Lo que hace más de un mes veíamos en las noticias y redes sociales de como China, una de las potencias mundiales, se enfrentaba a este virus, nunca nos imaginamos que también nos iba tocar enfrentarnos a esta gran amenaza. Nos entra un poco de temor y pánico pensar que si a países del primer mundo como China, Italia y España les ha afectado tanto, que será de Honduras, el país con el sistema de salud más deficiente del continente americano según la revista médica británica The Lancet.
Actualmente Honduras es el país más pobre de América Latina, en el que más del 50% de la población vive con menos de $5.50 al día según El Orden Mundial (EOM), siendo más del 20% de la población extremadamente pobre. La tasa de desempleo es de 4.10%, un poco baja comparada con otros países centroamericanos como Costa Rica (8.10%), pero el problema real se encuentra en el sub empleo y el empleo informal. Del 4,336,337 de hondureños que conforma la Población Económica Activa (PEA), solo 1,908,586 tienen un empleo asalariado. La tasa de empleo informal alcanza un 70.7% según la Organización Internacional de Trabajo (OIT).
Por medidas de salud y para frenar este virus, el Gobierno decidió establecer un toque de queda absoluto en todo el territorio de Honduras. Muchos se preguntan cómo afectará esto a la empresa privada, pero en realidad más que a la empresa privada, los más afectados serán las personas con un trabajo informal. Aquellos que venden en el mercado, los conductores de buses, los que venden comidas en las esquinas de colonias y barrios, los que venden en las afueras de las maquilas, además de otros que trabajan informalmente en empresas constituidas formalmente.
Es evidente que se tienen que tomar todas las medidas necesarias para evitar que se propague más el virus y es necesario también evitar muertes, pero de igual forma se tiene que buscar las maneras de ayudar a la población que trabaja para vivir el día a día, aquellos que si no salen a trabajar no comen ese día. Es un gran reto que tiene el gobierno de Honduras, se tiene que evitar llegar a situaciones como las que está sufriendo Italia con una tasa de mortalidad aproximadamente del 8%. Pero si no se toman buenas y correctas decisiones, lamentablemente en un país como Honduras si la gente no se muere por el COVID-19, seguramente se morirá de hambre.
Esta realidad nos está dejando grandes enseñanzas, tengo la esperanza que superaremos esta crisis, y nos hará recapacitar que más que bolsas solidarias, más que comprar armas y pistolas, se necesita una verdadera inversión en los sectores más importantes: educación, salud, y trabajo.
Isaí Lozano con 21 años es Licenciado en Finanzas, egresado de la Universidad Tecnológica Centroaméricana UNITEC. Actualmente reside en San Manuel, Cortés. Trabaja en contabilidad general en la empresa multinacional de alimentos Nestlé. Durante su periodo universitario fue vicepresidente de la Asociación de Finanzas y Presidente del grupo estudiantil Club Verde. Sueña con estudiar una maestría en Economía en el extranjero y regresar para ayudar a transformar la vida de muchos hondureños.