La economía global se encuentra en un periodo de incertidumbre por la propagación del COVID-19 a nivel mundial y la desaceleración económica de China, una de las economías más grandes en la actualidad. Han transcurrido alrededor de dos décadas desde la epidemia del SARS-COV en China y sus países vecinos. Para ese periodo el producto interno bruto chino solo representaba el 4% del total global, mientras que actualmente representa el 16% del total. China se ha convertido en el mayor exportador durante las últimas décadas de globalización y ha creado una cadena de demanda a través de todo el mundo. La histeria y especulación que rodea esta nueva crisis ha llevado a los mercados de valores a pérdidas monumentales, que no se registraban desde la crisis financiera de 2008.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el crecimiento de la economía global podría cortarse en un 1.5% para este año 2020, mostrando que el virus no es solo dañino desde la perspectiva médica sino también desde la óptica económica. Evidencia de esto es la recesión que se asoma en países europeos como Italia, Francia y España según la Comisión Europea, y para el Fondo Monetario Internacional (FMI) la posibilidad de una crisis económica global es cada día más probable. Mientras el COVID-19 se esparce por el mundo, se vuelve cada vez más claro un descarrilamiento económico, lo que nos lleva a preguntarnos, ¿cuál puede ser el impacto para la economía hondureña en este panorama?
La siguiente gráfica muestra la variación porcentual de la Tasa de Crecimiento del Producto Interno Bruto de los países centroamericanos desde 2008 a 2019:
Para el caso de Honduras, se puede observar un declive en la economía desde 2018. Este periodo de recesión podría agudizarse debido a los shocks que se podrían producir en la
economía debido al cese de la mayoría de las actividades económicas como el turismo, la producción en fábricas y la comercialización de bienes y servicios que afecta de manera negativa la productividad del país. Según estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) la variación del PIB hondureño para 2021 podria ser de entre -4% y -4.4%.
Estos problemas también aumentan la tasa de desempleo, ya que varias empresas han decidido despedir a sus empleados o cesar sus pagos durante el periodo que duren las medidas de aislamiento, para simplificar lo anterior, se pueden enumerar algunas consecuencias en la economía producto de la epidemia:
- Reducción del consumo de las familias debido a la reducción de los salarios
- Disminución de bienes finales e intermedios y escasez de las materias primas necesarias en la producción
- Menor demanda mundial, lo que se traduce en la disminución de las exportaciones
Este último aspecto siendo muy importante para el caso de Honduras, debido a que nuestra economía está conectada con el exterior por medio de la comercialización de bienes, servicios, movilidad de personas, inversión extranjera directa y flujo de divisas.
Para mostrar lo anterior se puede apreciar la relación de nuestro PIB con las exportaciones e importaciones de bienes y servicios. Donde se observa que en realidad somos un país que importa muchos de sus productos y es frágil ante los movimientos de las demás economías del mundo. Por ejemplo, un shock en la oferta de las industrias en Estados Unidos puede generar un shock negativo en la demanda de Honduras, dejando en evidencia la vulnerabilidad de nuestra economía.
¿Qué políticas o medidas podrían tomarse para la mitigación de este fenómeno en la economía?
El impacto económico es vidente a pocos días de haber empezado las medidas de cuarentena a nivel nacional. Algunas de las medidas que podrían ayudar a enfrentar esta nueva crisis son:
- Es primordial mantener a la población lo más saludable posible, es por esto que se necesita aumentar y mejorar el gasto público en los sistemas de salud y proveer de equipos médicos, insumos para pruebas y camas para los pacientes.
- Identificar a los hogares y sectores afectados por la cuarentena para proveer ayuda financiera necesaria debido al corte salarial al que se enfrentan.
- Las pequeñas y medianas empresas se enfrentan a problemas de liquidez, por lo que se debe facilitar el flujo de efectivo a los pequeños empresarios.
- Considerar la creación de un fondo que ayude a los trabajadores para que puedan sentirse seguros de no perder sus empleos durante la crisis.
- El Banco Central de Honduras debe proveer de liquidez a los bancos e instituciones financieras ya que estas están en riesgo por la baja actividad económica en la que nos encontramos.
- Acudir ayuda de países con mayores capacidades económicas para la cooperación materiales médicos que puedan ayudar en el combate contra esta enfermedad.
- Potenciar el uso del internet como medio de aprendizaje; esto es interesante ya que puede ser una forma de mejorar el capital humano y dar acceso a los estudiantes a aprender no solo de profesores locales, si no que el gobierno puede pedir acceso a clases y cursos de universidades alrededor del mundo y que brinden clases virtuales, lo que podría potenciar la economía digital.
- Aprovechar las relaciones internacionales para crear programas de contingencia económica con otras naciones. Esta acción fue tomada en la crisis de 2008 por los líderes mundiales y podría ser de gran ayuda en estos momentos. Esto es de especial importancia para Honduras ya que siendo una economía pequeña y con un ratio alto de importaciones en base al PIB, políticas fiscales coordinadas sumando ayuda en paquetes financieros generan una diferencia en la lucha por la que estamos atravesando.
Daniel Lobo es un joven economista interesado en poder mejorar la sociedad hondureña por medio de crear conciencia en temas económicos y sociales. Es egresado de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, a su vez, se ha desempeñado como investigador en el Instituto de Investigación Económica y Social (IIES) y actualmente es investigador en el área de política económica dentro del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP). Su meta es poder contribuir a la consagración de Honduras como un país más justo y con oportunidades de desarrollo para todos sus ciudadanos.