Debido a la reciente pandemia, mi universidad, ubicada en un pequeño país de Europa llamado Lituania, decidió cerrar por el resto del semestre, pasar a clases en línea e incitar a los estudiantes a que vayan a casa. A los estudiantes, quienes se encontraban en sus vacaciones de primavera, les causó un pánico; ya que varios de ellos se encontraban en países que durante las vacaciones se volvieron dealto riesgo. Por ello, no podrán regresar a la universidad y deberán permanecer 14 días en aislamiento. Por otro lado, los estudiantes que querían volver a casa empacaron sus cosas como locos y se fueron lo más rápido posible, pero algunos de ellos siguen atrapados en el aeropuerto intentando volver a casa con las fronteras cerradas.
En mi caso, rápidamente una ansiedad entró en mi. Quería volver a mi país, donde podría estar cerca del sol y de mi familia. Pero debido a que mi vuelo de regreso debía tomar escalas en los Estados Unidos, quienes recientemente habían cerrado sus fronteras a los extranjeros que vienen de Europa, entendí que esto no iba a ser posible. Además, ya que yo tengo el trabajo de asistente residente, posición que me deja a cargo de los estudiantes que viven en el campus y de su salud, no podía dejar mis responsabilidades atrás. Empezando desde el día 12 de marzo del 2020, mi vida dio un giro inesperado en tan solo unos minutos. Apenas han sido seis días desde que la universidad cerró y dos días desde que el país entero declaró cuarentena, pero se han sentido los más largos de mi vida. Hemos trabajado con el resto del personal: cocinar para los estudiantes saludables, encontrar alojamiento y comida para los estudiantes que deben ir a cuarentena, crear un área de aislamiento en el gimnasio improvisada si se llegase a necesitar, cruzar estudiantes por la frontera para que logren regresar a sus países, empacar cosas de estudiantes quienes no pueden regresar, y esto son solo algunas cosas.
Esperamos que con todas las medidas que la universidad ha tomado, los estudiantes que no pueden regresar a casa y deben quedarse en el campus se mantengan saludables. También, que con las reglas de cuarentena implementadas por el gobierno de Lituania y por los gobiernos de otros países, este virus se detenga pronto. Por los momentos,recomiendo y pido a todos los Hondureños no viajar, aunque tengan ganas de regresar a su país y estar al lado de su familia. Podrían ser un peligro para otras personas esparciendo el virus, o durante el viaje podrían contraer el virus. Lo mejor es quedarse donde están y practicar una distancia social. Si, tal vez el virus no los mate a ustedes los jóvenes, pero si pudiese a sus abuelos o padres. Por favor quédense en casa, no porque el mundo entero esté haciendo una cuarentena significa que vamos a aislar nuestros corazones y nuestra humanidad. Pensemos en los demás, quedémonos en casa, no seamos egoístas comprando de más en los supermercados. Tómense esto enserio, ya que esto es una cuarentena por la salud de todos, no vacaciones. Aislémonos físicamente y abramos nuestros corazones en este tiempo.
Samantha Handal es una joven hondureña de 19 años, quien actualmente esta estudiando Administración de Negocios Internacionales en la Universidad Internacional de LCC. Ella espera que todos estén bien y que se están cuidando al seguir las normas de salud. También espera que todo pronto volvera a la normalidad.