Mi nombre oficial y registrado es Marian Hawit, pero mi nombre artístico es Eme Hache. A pesar de que a muchos les confunde y les hace preguntarme “Marian, qué es eso?” la respuesta es muy fácil: son mis dos iniciales (M) y (H). A ver, probá a decirlo en voz alta: [EME/AACHE]. Excelente. Ahora que tenemos eso establecido, pasemos a lo que es de magna importancia.
Me pasa con aterrorizante frecuencia que estoy en mi celular, navegando en mi cuenta de Instagram, y me encuentro con fotos de mujeres con cuerpos irreales. Cuerpos que parecen ser “perfectos”, pero son en su totalidad, irreales. Y sí, literalmente irreales. Cuerpos que han sido modificados incontables veces por cirujanos plásticos en el quirófano, o cuerpos que han sido retocados con las “maravillas” del photoshop. Es realmente increíble y a la vez preocupante cuantas utilizan la tecnología de hoy para agrandar el busto, achicar la cintura, alargar las piernas, y modificar otras partes corporales solo para seguir esos “estándares de belleza” que han sido establecidos. Esto no sólo me causa gracia, considerando que estas mujeres tratan de aparentar “resultados naturales”, pero me causa un inmenso disgusto al pensar que millones de mujeres jóvenes como yo, mujeres que aún están descubriendo quiénes quieren ser en este mundo, están viendo ese cuerpo irreal y aspirando tenerlo. No quiero decir que una figura esbelta y un cuerpo “fit” este mal, al contrario, ¡Que viva el estilo de vida “healthy”! Lo que definitivamente no es correcto a través de mis ojos, es promocionar y exhibir esos estándares de belleza e imagen corporal que solamente son alcanzables con cirugías o photoshop.
Donde entra mi arte en todo esto, es en exhibir y admirar el cuerpo qué raras y pocas veces vemos en las redes sociales. Ese cuerpo que no esconde las manchas, las cicatrices, la celulitis, los “rollitos”, las estrías, y todas esas imperfecciones que las mujeres conocemos bien. Comencé a pintar a los 11 años, y poco sabía que llegaría a apasionarme tanto. Puedo decir con entera seguridad que es mi pequeño “escape”, mi zona totalmente libre, y mi máxima manera de expresión. Hace un poco más de 3 años empezó mi jornada pintando la anatomía femenina y se ha convertido en uno de los principales temas que definen mi trabajo. Me fascina pintar torsos de mujeres de acuerdo a sus diferentes cuerpos: unos más esbeltos, otros con más curvas, algunos más celulíticos, y otros más tonificados. A pesar de esas diferencias que parecen ser abismales, representan a la mujer, su feminidad, su anatomía, y principalmente, su innegable esencia.
En un mundo donde la imagen corporal y su exhibición a través de las redes se ha convertido en algo de suma importancia, es vital mantenernos centradas, objetivas y realistas como mujeres. De esta manera creceremos independientes y alejadas de esa ilusión que a tantas destruye, y seremos capaces de promocionar una imagen corporal más auténtica, más real, y más humana.
Mi nombre oficial y registrado es Marian Hawit, pero mi nombre artístico es Eme Hache. A pesar de que a muchos les confunde y les hace preguntarme “Marian, qué es eso?” la respuesta es muy fácil: son mis dos iniciales (M) y (H). A ver, probá a decirlo en voz alta: [EME/AACHE]. Excelente. Ahora que tenemos eso establecido, pasemos a lo que es de magna importancia.
Me pasa con aterrorizante frecuencia que estoy en mi celular, navegando en mi cuenta de Instagram, y me encuentro con fotos de mujeres con cuerpos irreales. Cuerpos que parecen ser “perfectos”, pero son en su totalidad, irreales. Y sí, literalmente irreales. Cuerpos que han sido modificados incontables veces por cirujanos plásticos en el quirófano, o cuerpos que han sido retocados con las “maravillas” del photoshop. Es realmente increíble y a la vez preocupante cuantas utilizan la tecnología de hoy para agrandar el busto, achicar la cintura, alargar las piernas, y modificar otras partes corporales solo para seguir esos “estándares de belleza” que han sido establecidos. Esto no sólo me causa gracia, considerando que estas mujeres tratan de aparentar “resultados naturales”, pero me causa un inmenso disgusto al pensar que millones de mujeres jóvenes como yo, mujeres que aún están descubriendo quiénes quieren ser en este mundo, están viendo ese cuerpo irreal y aspirando tenerlo. No quiero decir que una figura esbelta y un cuerpo “fit” este mal, al contrario, ¡Que viva el estilo de vida “healthy”! Lo que definitivamente no es correcto a través de mis ojos, es promocionar y exhibir esos estándares de belleza e imagen corporal que solamente son alcanzables con cirugías o photoshop.
Donde entra mi arte en todo esto, es en exhibir y admirar el cuerpo qué raras y pocas veces vemos en las redes sociales. Ese cuerpo que no esconde las manchas, las cicatrices, la celulitis, los “rollitos”, las estrías, y todas esas imperfecciones que las mujeres conocemos bien. Comencé a pintar a los 11 años, y poco sabía que llegaría a apasionarme tanto. Puedo decir con entera seguridad que es mi pequeño “escape”, mi zona totalmente libre, y mi máxima manera de expresión. Hace un poco más de 3 años empezó mi jornada pintando la anatomía femenina y se ha convertido en uno de los principales temas que definen mi trabajo. Me fascina pintar torsos de mujeres de acuerdo a sus diferentes cuerpos: unos más esbeltos, otros con más curvas, algunos más celulíticos, y otros más tonificados. A pesar de esas diferencias que parecen ser abismales, representan a la mujer, su feminidad, su anatomía, y principalmente, su innegable esencia.
En un mundo donde la imagen corporal y su exhibición a través de las redes se ha convertido en algo de suma importancia, es vital mantenernos centradas, objetivas y realistas como mujeres. De esta manera creceremos independientes y alejadas de esa ilusión que a tantas destruye, y seremos capaces de promocionar una imagen corporal más auténtica, más real, y más humana.
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Mi nombre oficial y registrado es Marian Hawit, pero mi nombre artístico es Eme Hache. A pesar de que a muchos les confunde y les hace preguntarme “Marian, qué es eso?” la respuesta es muy fácil: son mis dos iniciales (M) y (H). A ver, probá a decirlo en voz alta: [EME/AACHE]. Excelente. Ahora que tenemos eso establecido, pasemos a lo que es de magna importancia.
Me pasa con aterrorizante frecuencia que estoy en mi celular, navegando en mi cuenta de Instagram, y me encuentro con fotos de mujeres con cuerpos irreales. Cuerpos que parecen ser “perfectos”, pero son en su totalidad, irreales. Y sí, literalmente irreales. Cuerpos que han sido modificados incontables veces por cirujanos plásticos en el quirófano, o cuerpos que han sido retocados con las “maravillas” del photoshop. Es realmente increíble y a la vez preocupante cuantas utilizan la tecnología de hoy para agrandar el busto, achicar la cintura, alargar las piernas, y modificar otras partes corporales solo para seguir esos “estándares de belleza” que han sido establecidos. Esto no sólo me causa gracia, considerando que estas mujeres tratan de aparentar “resultados naturales”, pero me causa un inmenso disgusto al pensar que millones de mujeres jóvenes como yo, mujeres que aún están descubriendo quiénes quieren ser en este mundo, están viendo ese cuerpo irreal y aspirando tenerlo. No quiero decir que una figura esbelta y un cuerpo “fit” este mal, al contrario, ¡Que viva el estilo de vida “healthy”! Lo que definitivamente no es correcto a través de mis ojos, es promocionar y exhibir esos estándares de belleza e imagen corporal que solamente son alcanzables con cirugías o photoshop.
Donde entra mi arte en todo esto, es en exhibir y admirar el cuerpo qué raras y pocas veces vemos en las redes sociales. Ese cuerpo que no esconde las manchas, las cicatrices, la celulitis, los “rollitos”, las estrías, y todas esas imperfecciones que las mujeres conocemos bien. Comencé a pintar a los 11 años, y poco sabía que llegaría a apasionarme tanto. Puedo decir con entera seguridad que es mi pequeño “escape”, mi zona totalmente libre, y mi máxima manera de expresión. Hace un poco más de 3 años empezó mi jornada pintando la anatomía femenina y se ha convertido en uno de los principales temas que definen mi trabajo. Me fascina pintar torsos de mujeres de acuerdo a sus diferentes cuerpos: unos más esbeltos, otros con más curvas, algunos más celulíticos, y otros más tonificados. A pesar de esas diferencias que parecen ser abismales, representan a la mujer, su feminidad, su anatomía, y principalmente, su innegable esencia.
En un mundo donde la imagen corporal y su exhibición a través de las redes se ha convertido en algo de suma importancia, es vital mantenernos centradas, objetivas y realistas como mujeres. De esta manera creceremos independientes y alejadas de esa ilusión que a tantas destruye, y seremos capaces de promocionar una imagen corporal más auténtica, más real, y más humana.
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Mi nombre oficial y registrado es Marian Hawit, pero mi nombre artístico es Eme Hache. A pesar de que a muchos les confunde y les hace preguntarme “Marian, qué es eso?” la respuesta es muy fácil: son mis dos iniciales (M) y (H). A ver, probá a decirlo en voz alta: [EME/AACHE]. Excelente. Ahora que tenemos eso establecido, pasemos a lo que es de magna importancia.
Me pasa con aterrorizante frecuencia que estoy en mi celular, navegando en mi cuenta de Instagram, y me encuentro con fotos de mujeres con cuerpos irreales. Cuerpos que parecen ser “perfectos”, pero son en su totalidad, irreales. Y sí, literalmente irreales. Cuerpos que han sido modificados incontables veces por cirujanos plásticos en el quirófano, o cuerpos que han sido retocados con las “maravillas” del photoshop. Es realmente increíble y a la vez preocupante cuantas utilizan la tecnología de hoy para agrandar el busto, achicar la cintura, alargar las piernas, y modificar otras partes corporales solo para seguir esos “estándares de belleza” que han sido establecidos. Esto no sólo me causa gracia, considerando que estas mujeres tratan de aparentar “resultados naturales”, pero me causa un inmenso disgusto al pensar que millones de mujeres jóvenes como yo, mujeres que aún están descubriendo quiénes quieren ser en este mundo, están viendo ese cuerpo irreal y aspirando tenerlo. No quiero decir que una figura esbelta y un cuerpo “fit” este mal, al contrario, ¡Que viva el estilo de vida “healthy”! Lo que definitivamente no es correcto a través de mis ojos, es promocionar y exhibir esos estándares de belleza e imagen corporal que solamente son alcanzables con cirugías o photoshop.
Donde entra mi arte en todo esto, es en exhibir y admirar el cuerpo qué raras y pocas veces vemos en las redes sociales. Ese cuerpo que no esconde las manchas, las cicatrices, la celulitis, los “rollitos”, las estrías, y todas esas imperfecciones que las mujeres conocemos bien. Comencé a pintar a los 11 años, y poco sabía que llegaría a apasionarme tanto. Puedo decir con entera seguridad que es mi pequeño “escape”, mi zona totalmente libre, y mi máxima manera de expresión. Hace un poco más de 3 años empezó mi jornada pintando la anatomía femenina y se ha convertido en uno de los principales temas que definen mi trabajo. Me fascina pintar torsos de mujeres de acuerdo a sus diferentes cuerpos: unos más esbeltos, otros con más curvas, algunos más celulíticos, y otros más tonificados. A pesar de esas diferencias que parecen ser abismales, representan a la mujer, su feminidad, su anatomía, y principalmente, su innegable esencia.
En un mundo donde la imagen corporal y su exhibición a través de las redes se ha convertido en algo de suma importancia, es vital mantenernos centradas, objetivas y realistas como mujeres. De esta manera creceremos independientes y alejadas de esa ilusión que a tantas destruye, y seremos capaces de promocionar una imagen corporal más auténtica, más real, y más humana.
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Mi nombre oficial y registrado es Marian Hawit, pero mi nombre artístico es Eme Hache. A pesar de que a muchos les confunde y les hace preguntarme “Marian, qué es eso?” la respuesta es muy fácil: son mis dos iniciales (M) y (H). A ver, probá a decirlo en voz alta: [EME/AACHE]. Excelente. Ahora que tenemos eso establecido, pasemos a lo que es de magna importancia.
Me pasa con aterrorizante frecuencia que estoy en mi celular, navegando en mi cuenta de Instagram, y me encuentro con fotos de mujeres con cuerpos irreales. Cuerpos que parecen ser “perfectos”, pero son en su totalidad, irreales. Y sí, literalmente irreales. Cuerpos que han sido modificados incontables veces por cirujanos plásticos en el quirófano, o cuerpos que han sido retocados con las “maravillas” del photoshop. Es realmente increíble y a la vez preocupante cuantas utilizan la tecnología de hoy para agrandar el busto, achicar la cintura, alargar las piernas, y modificar otras partes corporales solo para seguir esos “estándares de belleza” que han sido establecidos. Esto no sólo me causa gracia, considerando que estas mujeres tratan de aparentar “resultados naturales”, pero me causa un inmenso disgusto al pensar que millones de mujeres jóvenes como yo, mujeres que aún están descubriendo quiénes quieren ser en este mundo, están viendo ese cuerpo irreal y aspirando tenerlo. No quiero decir que una figura esbelta y un cuerpo “fit” este mal, al contrario, ¡Que viva el estilo de vida “healthy”! Lo que definitivamente no es correcto a través de mis ojos, es promocionar y exhibir esos estándares de belleza e imagen corporal que solamente son alcanzables con cirugías o photoshop.
Donde entra mi arte en todo esto, es en exhibir y admirar el cuerpo qué raras y pocas veces vemos en las redes sociales. Ese cuerpo que no esconde las manchas, las cicatrices, la celulitis, los “rollitos”, las estrías, y todas esas imperfecciones que las mujeres conocemos bien. Comencé a pintar a los 11 años, y poco sabía que llegaría a apasionarme tanto. Puedo decir con entera seguridad que es mi pequeño “escape”, mi zona totalmente libre, y mi máxima manera de expresión. Hace un poco más de 3 años empezó mi jornada pintando la anatomía femenina y se ha convertido en uno de los principales temas que definen mi trabajo. Me fascina pintar torsos de mujeres de acuerdo a sus diferentes cuerpos: unos más esbeltos, otros con más curvas, algunos más celulíticos, y otros más tonificados. A pesar de esas diferencias que parecen ser abismales, representan a la mujer, su feminidad, su anatomía, y principalmente, su innegable esencia.
En un mundo donde la imagen corporal y su exhibición a través de las redes se ha convertido en algo de suma importancia, es vital mantenernos centradas, objetivas y realistas como mujeres. De esta manera creceremos independientes y alejadas de esa ilusión que a tantas destruye, y seremos capaces de promocionar una imagen corporal más auténtica, más real, y más humana.
Marián Hawit Rosmo es una joven artista de 17 años y Colaboradora de Arte para El Milenio. Actualmente cursa la escuela secundaria.