Vaya, vaya. ¿Sabes que hora es?, la hora que te digan lo que siempre has ignorado. Pero esta vez desde el punto de vista de la generación equivocada a la cual decidiste ejercer tu impunidad.
Carta al Gobierno de la República de Honduras:
Un cordial saludo, y mis más sentido pésame para esa insignificante idea que tenían, sobre nosotros los jóvenes, la cual se irá de vuestros pensamientos y está nueva concepción de quienes somos será quien turbe vuestras cabezas.
Aclaró mis queridos lectores, no vengo a causar una rebelión contra el Estado, ni a causar algún conflicto. Simplemente me siento con la ansiedad de expresar libremente nuestro sentimiento ante lo sucedido en nuestro país. Y lo sé, ¿los jóvenes no podemos opinar, no? ¿Debemos esperar cierta edad para que nuestra opinión sea válida, cierto? Pero sobre todo esa frase que tanto me encanta: “Los jóvenes son el futuro del país”. El no dejar opinar y expresar lo que sentimos, tiene como efecto el no poder decidir como queremos que sea nuestro futuro. Si tan solo se tomarán unos minutos para escuchar las grandes ideas que tenemos, podríamos dar soluciones a problemas, innovar, transformar, entre otras cosas que nos guardamos y pensamos que son inútiles por no ser tomadas en cuenta.
Estimado Gobierno, ¿desde cuando se necesita un gran grupo de militares afueras de la Universidad Autónoma de Honduras para evitar manifestaciones? No, no, mejor ¿Desde cuando necesitan que los jóvenes se manifiesten para ser escuchados?
Hace unos días caminaba por la calle adyacente a la universidad y en uno de sus muros estaba escrito: “Si no hay justicia para el pueblo que no haya paz para el gobierno. “, me pareció una frase espectacular hasta que al llegar a casa y contarle a mi padre me contestó: “¿Que no es al revés? Si no hay justicia en el gobierno que no haya paz para el pueblo.” Fue ahí cuando realmente reflexioné y me di cuenta en donde estábamos. Nos manifestamos horas tras horas y los del gobierno están en sus casas viendo como causamos perjuicios a nosotros mismos, de repente se nos olvida que la lucha es contra el Estado y no contra nuestros hermanos.
¿Sabes qué es lo más decepcionante? Tú querido diputado, ministro, militar, alcalde, presidente. ¿Cuanto tiempo tardaste en olvidar de dónde procedías, quién era tu familia? Pero sobre todo ¿Quién eras tú?
Si creías que éste escrito trataba sobre una generación enfurecida que tenía ansias de acabar con todos ustedes, (que en parte es cierto) pues estabas equivocado. Es para mostrarte quien somos nosotros: jóvenes de hogares destruidos, con sueños estancados, sin aliento, con días en los que no hay que comer, que deben trabajar de más, que están destinados a vivir una vida sin sentido trabajando para los sueños de otros, que no está mal por que un día será al contrario, el problema es cuando el superior solo piensa en sí mismo y nuestra vida se convierte en la misma rutina de todos los días hasta nuestra muerte. Qué levante la mano aquel que no ha pasado por un problema económico o familiar, anhelamos que nuestros hijos no pasen por lo que hemos vivido.
Eso y mucho más somos nosotros, si, nosotros el futuro del país. Si tan solo se detuvieran un momento a pensar quienes son en realidad, y de donde provienen, entenderían lo que en verdad sentimos. Por favor, en nombre de los jóvenes de Honduras, ruego por paz, solidaridad, justicia, libertad, derechos, ¡Ruego para que el amor se esparza como el rocío por las mañanas! Ruego para que hoy no nos vean primero a nosotros, sino a ustedes y comprendan quienes somos.
Jorge González es un joven de espíritu motivacional que anhela generar grandes cambios en la vida de las personas uno a uno mostrándole la verdadera importancia del amor, caridad, bondad, solidaridad y entre otras virtudes que las personas necesitan parar vivir en sociedad. Su fe en la humanidad lo mantiene positivo y en constante preocupación por ayudar a quien camine a su lado. Jorge no sueña con ser el mejor, sino hacer de lo mejor la vida de aquellos que lo necesitan.