Es momento de reevaluación. De reevaluación de nosotros, de nuestro lugar en la sociedad, de los principios y valores, que, aunque culturales, se han grabado en nuestra concepción de vida, y de país. Es momento de reevaluar las instituciones sociales, culturales y políticas que hoy existen, y que parecen ser inamovibles. Es momento de reevaluar el conformismo educacional existente en nuestro país, que omite gran parte de la verdad de nuestra historia, y que tiene pistas que nos permitirían comprender nuestra tragedia. Es momento también de sentir, de llorar la herida, y dejar que nos duela. Este es mi intento inicial.
Tierra Mía, Me dueles
India virgen y hermosa dormías,
Pero no dormías, pasiva y en reposo
Vivías, crecías, antes de la colonia
Tus brazos romperán las montañas
Y pulverizaran las peñas para sacar tu riqueza
Convertida en tierra agobiada por la pobreza
Tierra mía, me dueles
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Esa patria buscáis en vano
Una patria dividida
Sueño de una Centroamérica unida
Cinco estrellas no tiritan
Morazán tu amor a Centroamérica murió contigo,
Centroamérica constantemente moribunda ocupa abrigo
Tierra mía, me dueles
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América de día cuando escribo
América de noche cuando piense
Pensamiento excluyente
Centroamérica, las horas pasan
Día y noche te pienso y ahora te escribo
Tu gente viaja y el camino parece inmenso
Tierra mía, me dueles
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Tierra fértil y del bananal
Flora y fauna de gran esplendor
Paisajes de trágica belleza
La prisión verde de Amador
Prisión social, cultural y política
Desarrollo estancado en el tiempo
Tierra mía, me dueles
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Bendiga Dios la prodiga tierra en que nací
Prodiga, pero no nuestra
De suelo rico y gente trabajadora
De sueños truncados y niños migrantes
Tierra y pueblo esclavo de la sociedad
Gente de dolorosa existencia
Tierra mía, me dueles
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¿Éxodo o invasión?
Va la caravana migrante
Pero esta no tiene papelillos o carrozas
La vida se ha tornado invivible
Y la bestia no tendrá piedad
Y el desierto árido y seco hacinara
Tierra mía, me dueles
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Rostros de Honduras
Rostros de la juventud
Ojos que cargan la herida
Por un momento sonríes
Temporalmente olvidas
Un pasado gris y el sufrimiento
Tierra mía, me dueles
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Caminos tumultuosos y de tierra
De baches y muchos brincos
Caminante descalzado
Perdido, cansado, sudoroso
Soñador empedernido, de ojos brillosos
No pierdas la esperanza
No pierdas la luz, la Mirada
Tierra mía, me dueles
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Criminales, delincuentes, pandilleros
Mujeres, niños, ancianos
Jalón a la tierra del gringo y del frio
Llora el niño que no ha sido amamantado
Y caminan y caminan y no han comido ni un bocado
Claman, gritan, el pueblo está cansado
Tierra mía, me dueles
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Me dueles
Tierra mía
Me duele tu gente
Me duele la herida de nuestra eterna opresión
¿Y cuando verdaderamente destrozaremos el infame eslabón?
Y que no sean Honduras, muchos tus muertos
No queremos morir pensando en tu amor
Paulina Alvarado es colaboradora para El Milenio. Originaria de San Pedro Sula, actualmente estudia Ciencias Políticas en el tramo de Política Comparativa e Internacional y Salud Publica en Brown University en Providence, Rhode Island, Estados Unidos.