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El miércoles pasado la política hondureña se puso más interesante. La conformación de la alianza entre el Partido Libertad y Refundación LIBRE, el Partido Salvador de Honduras y el Partido Innovación y Unidad marcó un significante cambio en la actitud pública de indiferencia sobre las elecciones de noviembre. Ocurrió que muchos hondureños pasamos de vernos como espectadores que “ya sabíamos los resultados” a tener una opinión fuerte de un lado, y a darnos cuenta del impacto que puede tener cada uno de nuestros votos. 

Esto se dio, al igual que en el 2017, por el potencial numérico que tiene la alianza para enfrentarse al oficialista Partido Nacional. Pero no es necesario pertenecer a la oposición para reconocer el efecto positivo que tendrá la alianza en las elecciones, ya que a través de líneas partidarias vimos la misma reacción en todos: “hoy me toca ir a votar.” Esto representa un sentimiento elevado de responsabilidad civil, que puede indicar a una participación electoral que no esperábamos antes y que, si se mantuviese así, pudiera producir elecciones más representativas y con menos fraude, lo cual Honduras necesita desesperadamente.

Con esta posibilidad de alto impacto ahora en juego, debemos mantener un ojo en cómocomo se desarrolla y llegar listos a las urnas el 28 de noviembre. Por mientras, les dejo aquí algunas curiosidades mías que me han servido para reflexionar, y que espero demuestren lo interesantes que se han vuelto las cosas estos últimos días:


Con dos de las fuerzas mayores de oposición ya unidas, ¿qué ocurrirá con la tercera, el Partido Liberal? Por el momento, no es probable que el candidato a presidencia de dicho partido, Yani Rosenthal, esté abierto a negociaciones de alianza. Si lo estuviera, ¿cuál sería su impacto electoral? ¿Viéramos una participación más alta de hondureños liberales? Y si se mantiene fuera de la alianza, ¿cuáles serán las estrategias del Partido Liberal en estas elecciones, y en un futuro, para recuperar su antigua fuerza política? 

En cuanto a los dos partidos que se enfrentan para la presidencia, aparenta generalmente haber una crítica fuerte para cada uno, ambas válidas, que provienen respectivamente del campo de votantes opuesto. 

Para el Partido Libertad y Refundación, que es criticado por pertenecer al campo de ideas denominadas “Socialismo del siglo XXI”, yo me pregunto si en Honduras ¿existirán las condiciones necesarias, ya sean civiles, militares, o políticas, para generar el deterioro que hemos visto de algunas dictaduras de izquierda en Latinoamérica? Y la alianza de oposición, ¿propone o representa verdaderamente estas ideas, especialmente ahora luego de integrar al partido de centroderecha liderado por Salvador Nasralla? 

Viendo el otro lado de la moneda, me pregunto si fuera elegido el candidato Nasry “Tito” Asfura, ¿existiría alguna posibilidad que disminuya la corrupción o mejoren las condiciones del pueblo bajo un nuevo gobierno Nacionalista? En mi criterio, es un poco tarde para dar el beneficio de la duda, especialmente considerando que aún no conocemos el plan de gobierno del candidato. Sin embargo, ¿ se pudieran lograr ambas condiciones con un buen balance, o inclusive una mayoría, de diputados opositores en el congreso? ¿Qué tanto depende de ellos, y en la disposición de Asfura de buscar compromisos? 

Finalmente, me pregunto sobre el rol del fraude en estas elecciones que vienen. ¿Qué hemos hecho desde el 2017 para prevenir o disminuir el fraude, y que tan efectivas serán estas medidas? ¿Lograremos salir suficientes a las urnas para desmentir el fraude nosotros mismos? 


Responder estas preguntas antes de las elecciones obviamente requiere de mucha especulación, pero creo que siempre sirven como buen ejercicio para generar más preguntas y desarrollar un criterio justo. 

Espero que, aunque no estemos de acuerdo en todo, nos sigamos comprometiendo con Honduras, y de vez en cuando apreciemos lo interesante que puede llegar a ser la política.


Nota: Las palabras contenidas en el presente artículo representan exclusivamente la opinión de la autora. El Milenio es una organización no partidaria y sin afiliación ideológica.

Fernando Lopez
Fernando Lopez

Fernando López es un joven apasionado por la política y los libros; no hay nada que le fascine más que una buena discusión de los problemas de hoy y como enfrentarlos. Actualmente estudia ciencia política en la Universidad de Buenos Aires, y está emocionado de regresar a Honduras con nuevos conocimientos y experiencias. Considera firmemente que el verdadero cambio empieza desde abajo, y espera sumarse a este mismo en el futuro siendo un miembro comprometido de su comunidad y su patria.

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