“La crisis te obliga a ser más con menos. Algunos de los mejores proyectos surgen de las mayores dificultades” – Norman Foster
Fue en tierras orientales donde surgió un letal virus que frenó a toda una poderosa nación, China. Luego, decenas de italianos y europeos chocaron de forma inesperada con esta bacteria que tiempo después impactó a América Latina. Finalmente, fueron miles de estadounidenses quienes sufrieron las altas tasas de mortalidad en aras de su crisis sanitaria. Tal como se especulaba, la epidemia se introdujo a tierras hondureñas incrementando la cifra de contagiados diariamente. Al verse la salud mundial amenazada, fue esencial como medio de protección establecer cuarentena. Estas repercusiones a largo y corto plazo producen consecuencias sociales, culturales, educativas y económicas. Es este, el caso de la economía hondureña ante la amenaza del coronavirus, quien afecta totalmente al capital hondureño y sus índices de desarrollo y progreso.
Al ser la nación norteamericana flagelada por la pandemia, se crea una causa y efecto en las medidas económicas de sus dependientes, entre ellos, Honduras. En décadas anteriores, el hondureño contaba con los modelos económicos Keynesianos, sin embargo se ejerció una sustitución monetaria al haberse impuesto el modelo económico neoliberal en el gobierno del ex presidente, Rafael Leonardo Callejas en 1990. De esta manera se daría apertura al libre mercado y a la anulación de cualquier intervención del Estado en las ganancias individuales. Por nuestro papel dependiente a la nación más afectada por el virus, surgen diversos aspectos negativos en términos de capital.
Existen tres áreas laborales en la economía hondureña: Sector público, Sector privado y el trabajo propio. Dado a la crisis que se expande cada vez más, mayormente la economía formal mediante sus jefes y empresarios se ven obligados acudir a un factor que ya aplastó muchos puestos de trabajo: La suspensión de contratos. Esta se convierte en la primera repercusión inmediata dado a que los encargados del rubro empresarial no son capaces de ejercer pagos mensuales por la escasez de demandas.
Al verse los empleados inmersos en tremenda disyuntiva es factible consultar ciertas leyes que establece el código de trabajo a fin de conocer los correctos procedimientos ante tal situación. ¿Son los empresarios capaces de suspender tales acuerdos? Primeramente, es necesario aclarar que el término “suspensión” es malentendido por la mayoría de individuos. El artículo 101 decreta que una suspensión no consiste en cortar relaciones, sino conservarlas la máxima cantidad de tiempo posible junto a sus derechos y obligaciones del empleado. También, añade que se autoriza al empleado a suspender contratos, sin embargo debe existir una solicitud previa a la Secretaria del trabajo y Seguridad Social ante los representantes de la misma debidamente autorizados en el transcurso de treinta días en caso de ser su razón previsible (Código de Trabajo, 1959, págs. 37-38).
Al ser esta interrupción algo fuera de manos de los empleados, ¿qué medidas legales se deben acudir? Según el código de trabajo en el artículo 100.2, se concede esta detención laboral al momento de surgir consecuencias necesarias, inmediatas y directas de fuerzas mayores o casos fortuitos (Código de Trabajo, 1959, pág. 38). Por lo tanto, la terminación del contrato no acarrea responsabilidades para ninguna de las partes (Artículo 111.12) Cabe aclarar que al declararse suspendido el contrato, las empresas no poseen ningún derecho a exigir ninguna actividad laboral al empleado.
Afortunadamente, ciertas empresas deciden mantener en funcionamiento su personal, sin embargo sus sueldos se ven afectados por la escasez de demandas. ¿Es legal reducir el sueldo del empleado? De acuerdo al artículo 71, es de carácter obligatorio ejercer un revisión/acuerdo en caso que se presente una circunstancia imprevista, de no haberlo le corresponde a la Justicia del Trabajo decidir sobre ella (Código de Trabajo, 1959, págs. 24-25). Decretado lo anterior, no existe ninguna posibilidad que un empleador imponga algún derecho al trabajador, por lo tanto, de existir un convenio, el salario del empleado debe ser el mínimo o mayor aunque este obre una hora solamente.
La tasa de desempleo incrementa de forma desenfrenada causando deficiencias en la producción de materias altamente efectivas para los ingresos nacionales. La industria agrícola se ha convertido en el mayor generador de ingresos por muchos años proveyendo un 54% de la economía hondureña y 40% de su Producto Interno Bruto en el año 2011 (Hidalgo, 2018). Al cesarse la producción agrícola cerca de la mitad del PIB nacional sufre una reducción total en sus operaciones y producciones trayendo consigo la falta de exportaciones para los mayores consumidores en el mercado internacional.
No solamente este rubro sufre estas consecuencias, por otro lado grandes recursos estratégicos como el área textil se ve afectada. Cada mañana, los estudiantes de la Universidad Tecnológica Centroamericana (UNITEC) son testigos de las grandes filas que se forman en las puertas de la maquila. Esta empresa sufre una gran tasa de rotación donde el Estado establece normas para obtener privilegios con la excusa de proveer trabajos dignos. Al ser el personal en su mayoría individuos con recursos limitados, los sueldos son bajos y se reducen en gran manera o totalidad ante la amenaza global del coronavirus. Por lo tanto, se genera desempleo a numerosos individuos y no existe mano de obra capaz de fabricar para la exportación textil a los Estados Unidos. El cual genera grandes compras a la industria ya que el territorio hondureño es una zona franca.
Es crucial resaltar que la economía hondureña está conformada en su mayoría por el sector informal en un 72% (Rodríguez, 2013). Al verse el sector público y privado afectado, las mayores atrocidades las sufre la economía informal ya que no cuentan con un contrato el cual incluya un monto salarial. Este sector en cambio, genera ganancias diariamente con la esperanza de proveer subsistencia con las ventas generadas cada día. Por lo tanto, es difícil mencionar un fondo de emergencia capaz de sostener este rubro en los presentes días a diferencia de los sectores privados y públicos. Consecuentemente, más de la mitad de la población se ve inmersa en la emergencia de realizar diferentes formas de producción que garanticen bienestar a sus hogares.
El 20% del producto interno bruto está compuesto por las innumerables remesas que se ejercen por los migrantes a sus familiares. Al verse el mundo amenazado por la pandemia, las diferentes economías sufren un desbalance en su totalidad trayendo así dificultades mayúsculas en la realización de remesas para el desarrollo capital de los ciudadanos hondureños, cuyo oficio pertenece en gran parte al sector informal. 1 de cada 6 hondureños se beneficia en gran parte de las remesas internacionales. Los departamentos que más remesas reciben son Atlántida (32%), Colón (23%) y Olancho (23%), sumado a ello, más del 70% reciben remesas una vez por año. Se estima que la mita de las remesas son recibidas por el 60% de hondureños más pobres y el 68% suelen ser mujeres (Retes, 2020).
En definitiva, existirán cenizas que a largo plazo se harán visibles ante la economía nacional e internacional. Una ceniza de gran impacto recaerá en las masivas cifras de migraciones y fugas de cerebros en los siguientes meses y años. Anteriormente, la economía hondureña sufría flagelos en diferentes sectores, al sumarse este virus que afecta globalmente, las oportunidades serán menores. Por lo tanto, se arrebatarán oportunidades a diferentes individuos que soñarán con encontrar un mejor futuro en los Estados Unidos y diferentes continentes. Desafortunadamente, por los momentos es difícil garantizar un paraíso con futuros prometedores.
En vista que el dólar americano sufre la mayor parte del virus, la deuda externa incrementará en gran manera. Esta deuda alcanzó 9,737.4 millones de dólares en el primer trimestre del presente año que supone un incremento del 7.8% al período del 2019 y equivale al 29.8% del producto interno bruto (Banco Central de Honduras, 2020). Lo mencionado junto a las inversiones ante la pandemia incrementará debido al apoyo internacional que ha recibido la nación mediante organismos como el Fondo Monetario Internacional. En caso que se presente con mayores pérdidas, se podría iniciar un período de recesión económica donde la situación podría tornarse crítica y las estrategias de oferta y demanda deberán optar por medidas que reintegren la estabilidad laboral en diferentes sectores formales e informales.
Claramente, ninguna nación contaba con el impacto brutal del coronavirus en ningún momento. La mejor manera en que el Estado hondureño puede tratar este escenario oscuro es manifestando transparencia y empoderando a los trabajadores en sus respectivos rubros. Este flagelo económico global despertó en tierras lejanas y poco a poco arrasó con cualquier nación que la que se cruzase.
A manera de concluir el presente escrito, como si se tratase de un efecto dominó, desde la primera nación afectada, el virus se expandió y junto a ello, diversas consecuencias. La búsqueda de recursos traerá consecuentemente una desesperación y violencia social donde el más fuerte tratará de sobrevivir en aquellas áreas de pobreza y pobreza extrema. Serán las autoridades las encargadas de establecer medios para controlar los efectos post-pandemia. Sin embargo, la oportunidad la poseen los jóvenes con mentes brillantes, capaces de ejercer labores que protejan la identidad y el progreso hondureño. Seremos nosotros, el cambio que necesita la Honduras que hoy desmaya y ser la contracultura que sobresalga ante la impunidad.
Honduras cuenta con la inmensa oportunidad donde la crisis y el conflicto son oportunidades para comenzar de nuevo. Para ello, debe el gobierno aplicar el método, menos política, más vidas. De esta manera se aseguraría un derecho esencial dentro de la nación hondureña y se podría comenzar desde cero una Honduras renovada con altas probabilidades de surgir de las cenizas del caos económico, social y cultural.
Referencias
Banco Central de Honduras. (19 de Mayo de 2020). El Criterio. Recuperado el 21 de Mayo de 2020, de Deuda externa de Honduras casi llega a 10 mil millones de dólares en 3 meses: https://criterio.hn/deuda-externa-de-honduras-casi-llega-a-10-mil-millones-de-dolares-en-3-meses/
Código de Trabajo, Artículo 99 (1959). Recuperado el 20 de Mayo de 2020, de http://www.poderjudicial.gob.hn/CEDIJ/Leyes/Documents/Codigo%20del%20Trabajo%20(Actualizado%202015).pdf
Hidalgo, B. (2018). Agricultura en Honduras.
Retes, E. (2020). El milenio. Recuperado el 21 de Mayo de 2020Rodríguez, P. (2013). Economía informal: Un motor que crece cada día. Hablemos Claro Financiera, 9. Recuperado el 21 de Mayo de 2020
Daniel Salinas es un joven perteneciente a la Asociación Estudiantil de la carrera de Relaciones Internacionales en UNITEC Tegucigalpa. Asímismo, ha representado a Honduras en el deporte junto a la selección nacional de voleibol. Le apasiona la lectura en relación a temáticas sociales e ideologías políticas. Sueña con formar parte del cuerpo diplomático del país para contribuir al progreso y desarrollo de los hondureños.