Honduras se ha olvidado de un factor vital para el bienestar y desarrollo de la población hondureña, un factor que se encuentra subdesarrollado: el deporte. Hoy por hoy, la Confederación Deportiva Autónoma de Honduras (CONDEPAH) y La Comisión Nacional Pro-Instalaciones Deportivas (CONAPID) son los órganos de máxima autoridad en el ámbito deportivo. A pesar de esto, la crisis deportiva es profundamente notable y un gran problema para el país, debido a que el deporte es una de las formas más eficaces para el desarrollo social de una sociedad moderna. El deporte es la herramienta necesaria para la recreación saludable, la superación personal, el trabajo en equipo, el afianzamiento de valores y es a menudo un vehículo de paz entre los ciudadanos. Es por esto que es importante analizar, ¿Por qué Honduras se encuentra en una crisis deportiva?
Es primordial reconocer que la crisis deportiva existente no es raíz de una escasez de talento. Es más, Honduras posee uno de los mejores recursos humanos deportivos en la región. La raíz principal del problema yace en un desligue político que ha surgido en los últimos años. La disolución entre el gobierno y la planificación deportiva ha otorgado autonomía a la CONDEPAH y ha producido una reducción significativa al presupuesto nacional para el desarrollo de la recreación deportiva en el territorio nacional. No existe un órgano gubernamental que rige y vele por una estructura organizada, desarrollada y transparente en el deporte hondureño.
Otra de las razones principales por la cual el deporte no se ha desarrollado a su máxima capacidad en Honduras es por la falta de infraestructura. Los centros deportivos de Honduras en su mayoría son privados y residen en las ciudades más importantes de Honduras. Esta privatización de complejos deportivos reduce la oportunidad al público para la recreación saludable a las personas de escasos recursos. Además, la falta de complejos deportivos en otros sectores poblacionales del territorio nacional incrementa a más profundidad este subdesarrollo deportivo. Es decir que la falta de complejos deportivos especializados en las MANCOMUNIDADES y municipios pequeños afectan grandemente la aspiración y desarrollo deportivo de atletas que residen afuera de las ciudades más desarrolladas.
El subdesarrollo deportivo también yace en la creciente carencia de apoyo promocional y económico en las ligas deportivas existentes. Ligas de Basquetbol, Voleibol, Beisbol, y Fútbol no llegan a tener el apoyo financiero y promocional necesario para la atracción pública. Estas ligas a menudo se encuentran forzadas a jugar en condiciones no óptimas y carecen de fundamento social debido a la falta de promoción gratuita para el público. Esto llega a existir debido a una escasez de financiamiento. Muchas empresas en Honduras no tienen el lujo de financiar un proceso deportivo recreacional. La empresa llega a considerar que el patrocinio deportivo deja de ser realce y se convierte en gasto. Este problema de estructura y escasez financiera lleva a ligas deportivas a mantener un alto costo participativo, por lo tanto reduce oportunidades deportivas a ciudadanos de bajos recursos.
Los países de Colombia, Perú, y México antes se encontraban en una situación deportiva social similar a la de Honduras. Sin embargo, con la planificación correcta, la creaciones de políticas públicas como el apoyo financiero a selecciones menores de diversos deportes, el desarrollo educacional especializado para deportistas y la construcción de centros deportivos de alto rendimiento como el Centro Nacional de Desarrollo de Talentos y Alto Rendimiento (México), la Unidad Deportiva Atanasio Girardot (Colombia) y la Villa Deportiva Regional del Callao (Perú), lograron desarrollar las bases adecuadas y necesarias para un nuevo desarrollo deportivo.
Es evidente que la crisis deportiva en Honduras está basada en la falta de una política pública deportiva adecuada. No existe un plan estratégico que busque solucionar las deficiencias del sistema deportivo del país y explotar su gran materia prima o recurso humano a corto, mediano y largo plazo. No existe una política pública que logre la inclusión deportiva a todos los sectores poblacionales o una política pública que busque desarrollar la infraestructura deportiva, la promoción pública y el manejo transparente del presupuesto. Una política pública correctamente desarrollada y mantenida podría ser un gran paso para el desarrollo deportivo.
Ricardo Daniel Barahona Murillo con tan sólo 17 años suma a los colaboradores de El Milenio. Desde los 15 años sueña con ser abogado y una herramienta más para el desarrollo de su país. Actualmente Ricardo se encuentra en su último año de bachillerato en Academia Los Pinares. Al graduarse planea iniciar sus estudios de Derecho en UNITEC.